"Por vocación las hermanas están llamadas a la vida contemplativa: la Oración está en el centro de su existencia. Su unión íntima con Dios, su comunión de vida entre ellas, su misteriosa fecundidad apostólica, dependen de la calidad de su oración. El amor es su resorte; las abre a la llamada de Dios que siempre se anticipa"
(Constitución N° 8)
"A ejemplo de la Virgen María en su hogar de Nazareth, cada hermana ofrece su trabajo realizado por amor, que llegará a ser una respuesta sincera a la llamada de Dios"
(Constitución N° 16)